La verdad es que la FAG, tras casi estos 10 años de experiencia como entidad privada para la recuperación y conservación del patrimonio histórico aeronáutico de Andalucía, he llegado a una importante conclusión, porque no hay mas que ver, lo que a lo largo de la historia, hemos hecho los sevillanos, con nuestra ciudad y con nuestra gente. Destruimos casi completamente las Murallas de Sevilla, en favor de una supuesta modernidad, para continuar, unos años después, con el Colegio de Arquitectos de la ciudad, que nos dio otra lección de gente comprometida, plantando una espantosa sede de ladrillo rojo, en pleno centro histórico, lo que, por supuesto, ha superado amplia y recientemente nuestro Ayuntamiento clavando unas espantosas SETAS, que se llenarán de bares, en la Plaza de la Encarnación y cubriendo de cables las principales calles del centro histórico de Sevilla, para que se moviera un trenecito que no va a ningún sitio, y "modernizando" plazas de Sevilla tan importantes como LA PLAZA DEL PAN, a la que -ahora- todos los sevillanos llamamos PLAZA DE LA BAGUETE, por lo impersonal que ha quedado, o la cercana PLAZA DE LA ALFALFA. Ahora todos los sevillanos y visitantes podemos pasear por muchas calles de Sevilla, como si camináramos por calles de Noruega, Dinamarca, Alemania... Felicidades.
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Hablando un poco más de Aviación, del Mundo, del Clima y de ...
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| Desafortunadamente, y desde la Fundación F.A.G., hemos ido devolviendo todo lo que, de un modo u otro, fue prestado o cedido por sevillanos para colaborar en las distintas iniciativas de la F.A.G. Hemos ido también mal vendiendo y liquidando aviones únicos de nuestra historia, de nuestros talleres, de nuestra gente... que fuimos recopilando para que quedara perpetuada nuestra historia, y nuestro sentimiento, como pueblo único e irrepetible. Pero no ha sido lo peor, ya que constatamos día tras día, que todo ese patrimonio se extinguía a nuestro alrededor, tanto con el fallecimiento de sus más directos protagonistas como con la desaparición de cada historia particular y colectiva, así como con el olvido de multitud de restos de fotografías, libros o simple documentación que muchas familias mantenían, como recuerdo, en sus casas. | ||||||
En España, al igual que en Andalucía y Sevilla, hemos tenido una inusual, por lo amplia e interesante, presencia de aeronaves y de hitos históricos de la Aviación. Pero al día de hoy todo ha desaparecido arrasado por la ignorancia y por el desprecio hacia nuestro propio pasado, y con ellos han desaparecido también, todas las posibilidades que nos brindaría UNA AVIACIÓN CON TODOS Y PARA TODOS, para el futuro de el pueblo andaluz como sociedad y como realidad única e irrepetible. Tenemos, ni más ni menos, que lo que nos merecemos: intereses particulares, ignorancia e inconsciencia, sin medida, que nos han llevado a la actual destrucción total. No debemos echarle la culpa a nadie. La tenemos todos, ya que iniciativas particulares, como en este caso de esta Fundación con ese nombre tan andaluz como GUADALQUIVIR, ni siquiera han sabido ser apreciadas en modo alguno. Creo que los más interesados de que en Andalucía no exista nunca un Museo de la Aviación, y una historia aeronáutica, es el Ejército. Imaginad por un momento que hubiera en esta tierra, una conciencia tan grande que empezáramos a reivindicar la presencia en Andalucía de aviones como el Jesús del Gran Poder, pero vamos tranquilos, que por si fuera poco, el nombre de ese avión es un homenaje al Señor de Sevilla, que, por cierto, no es el Alcalde. ¿Tal vez el objetivo sea esconder nuestra historia aeronáutica?, pero ¿A quién le da vergüenza?. De todas formas creo que lo primero que deberían hacer nuestros "irresponsables", es ir a ver los Museos de Alemania, Francia, Reino Unido, etc.. aunque solo sea para aprender. | ||||||
| El esfuerzo por la Aviación Española, ha merecido la pena; sin embargo, el esfuerzo por la recuperación y conservación de la historia de la aviación en Andalucía y en Sevilla NO, porque somos los propios sevillanos a quienes no nos importa nada. |
Me siento despreciado, ignorado y con una gran sensación de haber perdido el tiempo.
Lo malo de todo esto es que no encontramos el camino para romper esta inercia de pasotismo, incultura, desconocimiento y desprecio por nuestras propias raíces y por la proyección de nuestro futuro.




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